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Channel: EL FRANCONOMICON / I'M IN A JESS FRANCO STATE OF MIND
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LAS ÚLTIMAS DE FILIPINAS

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Dos hermanas, una adolescente (Helen Garret) y otra pequeña (Flavia Hervás), naufragan en una isla desierta junto a su profesora la Señorita Muro (Lina Romay), una especie de Srta. Rotenmeyer beata y pudibunda. Las tres escapan de las revueltas de los insurrectos filipinos que se enfrentaron a la soberanía española a finales del siglo XIX. “Los últimos de Filipinas” fueron popularmente llamados unos españoles sitiados en Baler, un pueblo de la isla filipina Luzón, que a su vez dieron lugar a una película con Fernando Rey, Manolo Morán y Toni Leblanc de 1945 (1). La cosa histórica sólo sirve a Jess Franco como anécdota para poner en marcha la trama del naufragio y la posterior llegada a una isla, verdadero asunto de la película. La isla no estará tan desierta como parece y se irán encontrando desde un chimpancé, a un ermitaño, un lanzador de cuchillos de circo, y hasta una banda de piratas filipinos (de los de restaurante chino).

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Flavia, la niña sabionda, el chimpancé y la Garret adecentando la cueva.

La película parece seguir los pasos de otra producción anterior de Golden Films, EN BUSCA DEL DRAGÓN DORADO (2), que no funcionó muy bien en taquilla (menos de cinco millones de pesetas, 30.000 euros), ya que pese a la pobreza total de medios recaudó infinitamente menos que las cintas eróticas o porno de la época. Imaginamos que se lo pasaban mejor rodando películas de aventuras, un respiro entre tanto porno y tanta película de interiores, y por eso Franco y Antonio Mayans intentaron repetir la jugada desde la productora de Manacoa. Lo que no queda muy claro es la clasificación de la película, que empieza en tono de película infantil con cierta mala leche (la hija de Antonio Mayans, Flavia, vuelve a hacer de niña más inteligente que los adultos y se pasa la película leyendo “La crítica de la razón pura” de Kant), pero acaba desviándose hacia el destape ligero, con la trama de Helen Garret descubiendo los placeres del sexo de la mano del guapo pescador José Llamas. Quizá sea éste el concepto de “cine para toda la familia” del tío Jess, un cine donde se diviertan los niños, los adolescentes de hormonas alborotadas y los viejos verdes.

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Helen Garret y José Llamas poniendo la nota picante.

Lo más sorprendente de LAS ÚLTIMAS DE FILIPINAS es ver a Lina Romay haciendo lo contrario de lo que solía hacer, es decir de puritana y de ‘tacañona’ rancia (aunque al final se suelta el moño con el ermitaño), papel que resulta muy divertido y que demuestra una vez más su talento para la comedia. Y es que la comedia es lo que acaba salvando la película, el no tomarse nada en serio, ni la historia, ni el cine de aventuras, ni el infantil, ni nada. El argumento es de Jess Franco, el guión de Santiago Moncada, y pone música (de librería) Monia Liter, un músico ucraniano que grabó mucha música de repertorio, que aquí suena en exceso ampulosa y grandilocuente, al contraste con las baratijas de producción.

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(1) Ver película original aquí.

(2) Reseñada aquí.



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